SOBRE LIBERTAD LIMITADA Y EL VALOR QUE DAMOS A NUESTROS DATOS

Cuando contacto con un centro educativo por primera vez, en nuestras primeras reuniones previas a la auditoria para ver la situación del centro respecto a la RGPD y como implementaremos mejoras para cumplir con el reglamento, siempre acaba surgiendo de alguna manera esa frasecita: “total… para lo que hacemos…”

No damos valor a nuestros datos. Pero tampoco a los de los demás. No encontramos la relación entre nuestras pequeñas vidas, un simple número de DNI y la inmensidad del océano que es internet.

Y sin embargo tenemos claro que lo que no está en internet no existe.

Somos conejillos de indias en un nuevo universo marcado por el big data. Y nosotros, seres pequeñitos no entendemos la relación.

Pero es precisamente nuestras pequeñas vidas lo que más le interesa al big data.

No nos movemos libremente. No elegimos libremente. Porque cuanto más acceso a la información tenemos menos libres somos al elegir.

Volviendo a los centros educativos, confiamos en ellos porque es la segunda casa de nuestros hijos y, entendemos que sea necesario que conozcan sus alergias, su carácter y por supuesto los teléfonos de contacto. Pero ¿has probado a decir que no quieres que le hagan fotos? Porque se hacen en las excursiones, en las colonias que luego se cuelgan en Facebook por la comodidad de comunicación centro-familia… Espera…. Tu intentando no sacar a tu hijo en Facebook (todos tus amigos llamándote rarito y sobreprotector) y luego… aparece por una entrada del centro en el que estudia, sonriente y para más señas diciendo donde estudia.
No serías el primero que al intentar acotar el uso de la imagen de tu hijo te pongan pegas. Puedes dar permiso para hacer fotos porque quieres verlas al final de curso en tu casa, pero no quieres que se cuelguen sus fotos en folletos publicitarios del cole, o en sus redes sociales… y entonces la respuesta es QUE NO LE HARAN FOTOS y arreglado.

Eso, es la libertad limitada.

O aceptas mis condiciones o te limito el servicio.

 

Y esto podemos extrapolarlo a la vida diaria: ¿o no te ha obligado WhatsApp a aceptar sus condiciones respecto al uso que dará a tus datos para poder seguir usándolo?
Tenemos una obligación como padres de proteger la intimidad de nuestros hijos. A nosotros nos tocaría decidir si los limites los ponemos nosotros o los demás.

Tal vez un día será una pregunta importante en la selección de colegio para nuestros hijos y daremos tanta importancia a las horas de inglés como al tratamiento de los datos personales.

¿Conseguiremos hacerlo también en nuestro día a dia de adultos?

¿Qué opináis?

 

break free from being too busy